viernes, 4 de marzo de 2011

Dispersión y Germinación

Si las semillas cayeran simplemente cerca de la planta madre, no tendrían suficiente luz, agua ni alimento para crecer. Por eso las plantas han desarrollado métodos para dispersar sus semillas.

Las semillas de algunas plantas se dispersan gracias al viento. En algunos casos, el fruto está dotado de unas expansiones en forma de alas o pelos, con el fin de ser arrastrados por el viento. En otros casos, la planta con sus ramificaciones adquiere forma redondeada, de modo que cuando se seca es arrastrada fácilmente por el viento.

Las semillas también se dispersan gracias al agua. La corriente de los ríos puede arrastrar a frutos y semillas y depositarlos en los bordes.

También los animales, sobre todo las aves, ayudan a dispersar las semillas. Los pájaros se comen los frutos maduros, y sus semillas pasan a través del cuerpo del ave sin sufrir daños. Algunos frutos tienen unos pelos ganchudos con los cuales se adhieren al pelo o a las plumas de los animales.

Algunas plantas tienen incluso mecanismos explosivos para dispersar las semillas.

Ave

Las semillas que caen al suelo pueden empezar enseguida a germinar, es decir, crecer y formar nuevas plantas. Pero generalmente transcurre un período de reposo hasta la próxima primavera, cuando la tierra se pone suficientemente húmeda y cálida.

Lo primero que se desarrolla es la raíz, que penetra en la tierra y absorbe el agua. Luego empieza a crecer el tallo, del que saldrán hojas y flores. Cuando las semillas empiezan a germinar, utilizan las reservas de alimento contenidas en las hojas embrionarias o cotiledones. Los cotiledones siguen proporcionando alimento a la planta hasta que se forman hojas normales, que pueden fabricar el alimento.

Aquí tienes un vídeo de Pocoyó titulado La semilla.

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